viernes, 1 de febrero de 2008

Si caminas por el jardín del destino, tendrás que elegir. No una, sino muchas veces. Los senderos se bifurcan y dividen a cada paso que das en el jardín del destino. Debes elegir, cada elección determina futuros destinos.

Sin embargo, al final de una vida de caminar puedes mirar atrás y ver un solo sendero tras de ti, o mirar adelante y ver sólo oscuridad.

A veces sueñas sobre los senderos de destino y especulas inútilmente. Sueñas con los senderos que seguiste y los que no seguiste... Los senderos divergen. Se ramifican, se conectan, algunos dicen que ni el destino mismo sabe en verdad adónde os llevará cada sendero, cada curva, cada recoveco... Pero, aunque destino lo supiera, no lo diría. Destino guarda sus secretos. El jardín de destino, si lo vieras, lo reconocerías. Porque vagarás por él hasta que mueras. O más allá. Pues los senderos son largos y ni la muerte les pone fin.

[NEIL GAIMAN]

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ella está en el horizonte -dice Fernando Birri-. Me acerco dos pasos, ella se aleja dos pasos. Camino diez pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. Por mucho que yo camine, nunca la alcanzaré. ¿Para que sirve la utopía? Para eso sirve: para caminar.

Ventana sobre la Utopía, Eduardo Galeano

 
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